Efectos secundarios del tratamiento

Esta es una cuestión muy controvertida, es muy frecuente la existencia de sangrado genital en el primer trimestre del embarazo. En este periodo se produce el contacto de la sangre materna con las estructuras embrionarias una vez el saco gestacional es incorporado a la pared interna del útero (endometrio).

El embrión permanece durante varios días en la trompa de Falopio y no es hasta una semana después de la fecundación cuando se produce la implantación en el interior del útero. Una vez allí se producen una serie de cambios que conducirán a un aporte sanguíneo procedente de la madre que facilitará de energía al embrión que comienza a desarrollarse.

Cuando se produce la implantación nunca suelen percibirse sangrados, pues como hemos dicho, la implantación se produce alrededor del día 20º-22º del ciclo, es decir una semana después de la ovulación y de la fecundación y una semana antes de la esperada menstruación.

Los sangrados suelen comenzar una semana después de la implantación, es decir alrededor de la fecha prevista de la regla o incluso después una vez detectado el embarazo mediante un test en orina.

Hay algunos Test de Embarazo ultrasensibles que detectan cantidades muy pequeñas de Gonadotropina Coriónica Humana (hCG) que se producen 2 a 4 días después de la implantación, es decir desde unos 3-5 días antes de la fecha prevista para la regla.

Estos sangrados post-implantatorios son similares al sangrado que se produce con cualquier oscilación hormonal (usualmente bajada temporal en los niveles de progesterona) en las amenazas de aborto por ello no son fáciles de interpretar y se deben tratar con el aporte de Progesterona que pudiera faltar y reposo físico para que baje la tensión arterial y se cierren los vasos sanguíneos que están vertiendo la sangre al exterior.

Las pacientes que se encuentran haciendo un tratamiento de reproducción asistida debido a que estos tratamientos son hormonales, pueden sentir cambios en su cuerpo, estos no ocurren a todas las mujeres por igual y suelen desaparecer al término del tratamiento. Las molestias más frecuentes pueden ser: hinchazón ligera de pecho y abdomen, fatiga, dolor leve de cabeza, cambios de humor, estreñimiento, náuseas, taquicardias y retención de líquidos.

El efecto local de la medicación que se administra vía subcutánea puede ser inflamación, enrojecimiento y picor de la zona que suele desaparecer el mismo día o tras 2 días después de la administración.

 

Muchas pacientes creen que en la FIV es difícil evitar la gestación múltiple y esto es inexacto. La ocurrencia de un embarazo múltiple depende exclusivamente del número de embriones que lleguen al útero durante el periodo fértil de la mujer. En los tratamientos de reproducción asistida cada vez más se evita la utilización de más de un embrión por intento, en la inseminación artificial no es tan fácil controlar el número de embriones pues la técnica no usa embriones sino espermatozoides, sin embargo en la FIV es la mujer (con el asesoramiento del ginecólogo) la que decide el número de embriones a utilizar, por lo tanto el riesgo de embarazos múltiples esta más controlado en la FIV que en la inseminación artificial.

Una pregunta habitual en mujeres que se plantean una FIV es ¿Cuántos óvulos voy a perder para el futuro si me someto a un tratamiento FIV?

Si me preocupa que un gasto de óvulos superior al «normal» pueda provocarme un trastorno, un problema de salud o adelantar mi menopausia puedo quedarme tranquila, en un tratamiento de FIV no se pierde ningún óvulo que pudiera tener utilidad en el futuro.

¿Cómo es esto posible? Teníamos entendido que cada mes se gasta un único óvulo y en una estimulación se pueden extraer del ovario algunas decenas de óvulos. También había oído que si se tenía la primera regla más joven tendría la menopausia a una más temprana edad.

Esta idea se tenía como cierta hace algunas decenas de años, pero es una interpretación errónea. Si esto fuera cierto una mujer que encadena embarazos teniendo muchos hijos o si toma muchos años la píldora anticonceptiva no consumiría casi ningún óvulo y tendría la menopausia varios años más tarde y sin embargo esto no ocurre.

La menopausia llega igual si una mujer ovula todos los meses o no ovula. La ovulación no es el origen de la pérdida de los óvulos, la ovulación permite «aprovechar» (para lograr un embarazo) uno sólo de los miles de óvulos que se consumen inevitablemente cada mes y este consumo de óvulos no tiene ninguna relación con la ovulación.

Un feto femenino de 20 semanas tiene en el interior de sus ovarios más de 6 millones de óvulos, sin embargo antes de nacer ya ha perdido 5 millones de óvulos, esta niña al nacer tiene aproximadamente 1 millón de óvulos, es decir sólo conserva el 16% de los óvulos que tenía 20 semanas atrás.

Cuando esta niña tiene su primera regla sólo conserva unos 350.000 óvulos en sus ovarios, de los que sólo poco más de 400 óvulos llegarán alguna vez a la trompa con la ovulación. ¿Qué pasa con el resto de óvulos? ¿A dónde van esos 6 millones de óvulos que no se ovulan?

Esos óvulos se atresian, se mueren. Esto ocurre en forma continuada y a día de hoy no hay manera de evitar que se pierdan. Por eso no hay que temer cuando se aprovechan esos óvulos en un tratamiento FIV, ya que estos óvulos estaban destinados a perderse cada mes. Más de 2000 óvulos se pierden cada mes desde el nacimiento. Con la primera regla uno de estos óvulos sale maduro del ovario y puede aprovecharse para conseguir un embarazo, sin embargo el resto se pierden sin poder evitarlo. Cuando se realiza una estimulación hormonal pueden llegar a madurar hasta el 10% de los óvulos que se consumen en ese ciclo, más del 90% de la cantidad consumida ese mes no pueden ser aprovechados.

En el período de máxima fertilidad (de los 20 a los 30 años) se han consumido ya el 96% de los óvulos, pero perduran aún en el ovario unos 250.000 óvulos que desaparecen en su casi totalidad con la menopausia, en la que aún se conservan algo menos de 1000 óvulos.

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